
Inauguramos este espacio, donde les quiero dejar mis investigaciones y puntos de vista alrededor de los temas relacionados al cuerpo, muy especialmente al cuerpo de la mujer. Y el primer tema que me llega a la mente son las creencias sociales, para esto es importante considerar cómo en la historia este tema varía y evoluciona de acuerdo a muchos aspectos.
En la época la de la antigua Grecia, los cuerpos con volúmenes proporcionados eran considerados obras de arte, unas religiones veían los colores pálidos como símbolo de pureza, en algunas culturas africanas los cuerpos adornados con tatuajes y escarificaciones eran vistos como hermosos y sagrados.
La industrialización y la urbanización llevaron a la creación de ideales de belleza relacionados con la delgadez y la juventud, donde la globalización, la publicidad, los medios y las redes han reforzado estos ideales, que presionan a las mujeres a forzar sus cuerpos buscando llegar a medidas y pesos que no siempre coinciden con su estructura, y
entonces vemos la aparición de síndromes depresivos y desórdenes alimenticios que acaban con la salud y en muchas ocasiones con la vida de mujeres.
Este es el tema que me motiva a escribir, porque si bien en esta época han surgido movimientos como Body positive que promueve la aceptación de todo lo que es diferente, lo logrado la verdad a mi parecer no es suficiente. Quiero expresar lo que me sucedió cuando era chica, tal vez pre adolecente y veía con ansiedad que mi cuerpo no casaba con lo que la sociedad aprobaba, me comparé, y veía en otras mujeres atributos físicos que yo consideraba eran razón de éxito profesional para ellas, en mi mente tenía la claridad que no estaría validada por la sociedad
y el entorno en el que me movía, la autoestima se me había ido al piso de manera dramática y peligrosa; entonces empecé a entender que la moda podría ser una herramienta, buscar desde el diseño de la moda, entender el significado que le dan a la sofisticación y entrar a su dinámica y a su mercado. Esto empezó a ser mi pasión y me ha permitido entender que yo puedo dar esta misma herramienta a otras mujeres.
Sin embargo, las relaciones de la moda con las dimensiones del cuerpo no curan lo que es de verdaderamente importante, no cambian el

comportamiento social que juzga, de hecho, lo puede afianzar, y es lo que no quiero que pase, vestir el cuerpo debe ser el placer de sentir en la piel un tipo de tela, vibrar con los colores y experimentar con las formas, así es que me lancé con la primera colección ANÓMALO, este tributo que es el primero de muchas otras cápsulas, lo lanzó como mi grito buscando resignificar los límites convencionales, deconstruir la arquitectura del cuerpo y jugar con las formas.
Puede sonar repelente, pero mis drapeados en la colección emulan lo que una estría es para una mujer, cicatrices que incomodan, las convierto en arte que el diseño me permite entregar y lucir la prenda con elegancia, con la actitud de toda una mujer triunfadora, como quiero que se sientan todas las mujeres que por algún motivo y en algún momento se han sentido enojada por no encajar en las creencias sociales que nos quieren controlar.
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